El 13 de marzo de 2013, tras su elección, el Papa Francisco apareció por primera vez en la "logia" de la Basílica de San Pedro.
OCHO AÑOS DE PONTIFICADO DE FRANCISCO: UN REPASO A LOS HITOS
El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el primer papa jesuita, sudamericano y también el primero en llevar el nombre de Francisco. Estos ocho años de pontificado se han caracterizado por iniciativas y reformas destinadas a implicar a todos los cristianos en un nuevo impulso misionero con el objetivo de llevar el amor de Jesús a toda la humanidad.
Proximidad, sinodalidad e impulso misionero: son las piedras angulares del pontificado de Francisco, elegido hace ocho años para el trono de Pedro. La perspectiva de su pontificado parte de abajo, de la atención a las periferias. Invitando a redescubrir "la frescura original del Evangelio", pide a los fieles un nuevo fervor y dinamismo para que el amor de Jesús llegue a todo el mundo. La Iglesia deseada por el Papa argentino es una Iglesia "en movimiento", de "puertas abiertas", un "hospital de campaña" que no teme la "revolución de la ternura" ni el "milagro de la bondad".
2013: Evangelii gaudium, texto programático del Pontificado
2014: La familia
2015: Salvaguardar la creación
2016: El Jubileo Extraordinario de la Misericordia
2017: La institución de la Jornada Mundial de los Pobres
2018: El Acuerdo con China
2018: La lucha contra los abusos
2019: Fraternidad, paz y unidad de los cristianos
2020: La oración en la pandemia
Viajes apostólicos y una mirada a las periferias
Reformas en el ámbito económico y financiero
Algunos datos estadísticos
Primer papa que lleva el nombre de Francisco, primer jesuita y primer nativo de América Latina, pero también primer pontífice de los tiempos modernos elegido tras la renuncia de su predecesor, Jorge Mario Bergoglio inició su pontificado bajo el signo de la novedad, incluida la celebración de la misa diaria presidida en la Casa Santa Marta, donde decidió residir, lo que constituye otra novedad. En sus breves homilías, pronunciadas con rigor en el estilo de un párroco, el Papa establece un diálogo directo con los fieles, instándoles a una confrontación inmediata con la Palabra de Dios.
Pero 2013 también estuvo marcado por la publicación de la exhortación apostólica Evangelii gaudium, verdadero manifiesto programático del nuevo pontificado, en el que Francisco llama a una nueva evangelización caracterizada por la alegría, así como a la reforma de las estructuras eclesiales y a la conversión del papado, para que sean más misioneras y más cercanas al sentido querido por Jesús. Para ello, también en 2013, instituyó un Consejo de Cardenales cuya tarea era estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica de 1988 Pastor bonus de la Curia Romana
La familia es el eje pastoral del año 2014 del Papa Francisco, con un Sínodo extraordinario. Para el Pontífice, la sociedad individualista contemporánea ataca gravemente a la familia, poniendo en peligro los derechos de los hijos y de los padres, especialmente en el ámbito de la educación moral y religiosa. El tema de la familia encontraría luego su punto culminante en la exhortación apostólica Amoris Laetitia, publicada el 8 de abril de 2016, en la que Francisco subraya la importancia y la belleza de la familia basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, pero también mira con realismo las fragilidades que experimentan algunas personas, como los divorciados vueltos a casar, animando a los pastores a discernir.
En cuanto a las reformas, una medida significativa de 2014 fue la creación de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, cuyo objetivo es proponer iniciativas al Pontífice para "promover la responsabilidad de las Iglesias particulares en la protección de todos los menores y adultos vulnerables."
En el plano diplomático, el año 2014 del Papa Francisco estuvo marcado por dos grandes iniciativas: la primera fue la Invocación por la Paz en Tierra Santa, celebrada el 8 de junio en los jardines del Vaticano con el presidente israelí, Shimon Peres, y el presidente palestino, Mahmoud Abbas, pocos días después de la visita del Papa a ese país. El segundo es el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. Un objetivo por el que el propio Pontífice ha trabajado a través de cartas enviadas a los jefes de Estado de ambos países.
2015 es el año de la salvaguarda de la Creación: el 24 de mayo, Francisco firmó la encíclica Laudato si' sobre el cuidado de la casa común, cuyo eje cartesiano es la ecología integral, aquella en la que el cuidado de la naturaleza, la equidad con los pobres y el compromiso con la sociedad son inseparables. En este sentido, el Pontífice ha instituido la ecuménica "Jornada Mundial de Oración por la Integridad de la Creación", que se celebrará anualmente el 1 de septiembre, siguiendo la tradición instituida unos años antes por el Patriarcado de Constantinopla.
Mientras tanto, continuaron los trabajos sobre la nueva Constitución Apostólica de la Curia Romana. Ese mismo año estalló el asunto "Vatileaks 2", sobre la filtración de documentos confidenciales de la Santa Sede. "Un acto deplorable", dijo el Papa en el Ángelus del 8 de noviembre, porque "el robo de documentos es un delito". Tras un juicio en el tribunal del Vaticano, el caso se cerró en julio de 2016, con dos condenas y dos absoluciones.
La misericordia es sin duda el hilo conductor de 2016: es el año en el que se celebra el Jubileo Extraordinario convocado por Francisco sobre el tema "Sed misericordiosos como el Padre". La consideración hacia "los más pequeños" se concreta con los "Viernes de la Misericordia", es decir, las visitas privadas que el Pontífice realiza a las estructuras dedicadas a la acogida de los pobres, los enfermos, los marginados. Es un Jubileo que ve la posibilidad de abrir una Puerta Santa en todas las iglesias del mundo. El propio Francisco, antes incluso de inaugurar la de la Basílica de San Pedro, abrió otra muy simbólica: la de la catedral de Bangui, en la República Centroafricana, donde realizó un viaje apostólico en noviembre de 2015.
En 2016, además, tuvo lugar un acontecimiento histórico a nivel ecuménico: el 12 de febrero, en Cuba, el obispo de Roma se reunió con el patriarca de Moscú, Kirill. Juntos firman una declaración conjunta en la que se comprometen a responder a los desafíos del mundo contemporáneo, entre ellos poner fin a la persecución de los cristianos y a las guerras, promover el diálogo interreligioso, ayudar a los emigrantes y refugiados y proteger la vida y la familia.
El año 2017 también estuvo marcado por un acto que forma parte de esta diplomacia de la paz llevada a cabo por Francisco: el 20 de septiembre de 2017, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, la Santa Sede fue uno de los primeros países en firmar y ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
A nivel pastoral, el año está marcado por la celebración de la primera Jornada Mundial de los Pobres: una efeméride que quiere ser -subraya el Papa- un recordatorio de que es precisamente en los necesitados donde "se manifiesta la presencia de Jesús". Por lo tanto, "abren el camino al cielo" y son nuestro "pasaporte al paraíso".
Hubo dos momentos destacados en el 2018 del Papa Francisco. A nivel pastoral, el Sínodo sobre la Juventud fue un momento importante de reflexión eclesial. A los jóvenes, el Pontífice les pidió "escuchar, estar cerca, dar testimonio", porque "la fe es una cuestión de encuentro, no de teoría". Esta llamada encontrará su extensión en la exhortación apostólica postsinodal Christus vivit, firmada en 2019. En este documento, Francisco pide a los jóvenes que no se arredren ante los desafíos del mundo contemporáneo y que dediquen su atención a los más pequeños.
En el plano diplomático, la principal noticia de ese año fue el acuerdo provisional entre la Santa Sede y la República Popular China, firmado en Pekín el 22 de septiembre de 2018, sobre el nombramiento de obispos. En 2020, el acuerdo se renovará por dos años.
El año 2018 también estará marcado por el drama de los abusos cometidos por algunos miembros del clero: los casos relativos al cardenal George Pell, juzgado en Australia y luego absuelto tras 13 meses pasados injustamente en prisión, y al ex sacerdote chileno Ferdinand Karadima, posteriormente destituido por Francisco del estado clerical, así como la publicación del Informe Pennsylvania en Estados Unidos, subrayan la importancia de la lucha contra este delito.
En agosto, al final de su viaje apostólico a Irlanda, Francisco recitó una oración penitencial para pedir perdón en nombre de la Iglesia. En el mismo periodo, el caso McCarrick, que involucra al ex cardenal-arzobispo de Washington, responsable de abusos sexuales a menores y que será destituido del estado clerical en 2019, ocupa el centro de los medios de comunicación. La Santa Sede responderá al caso con un Informe Especial (enlace al texto completo en inglés), elaborado por la Secretaría de Estado a instancias del Papa y que se hará público el 10 de noviembre de 2020.
La lucha contra los abusos continúa durante 2019 con la Cumbre sobre la Protección de Menores. De esta reunión surge el Motu proprio Vos estis lux mundi, que introduce la obligación de los clérigos y religiosos de denunciar los abusos, mientras que cada diócesis debe tener un sistema de fácil acceso al público para recibir las denuncias. Además, en diciembre, a través de un rescripto, el Papa abolió el secreto papal en los casos de abusos sexuales.
El año 2019 sirve de telón de fondo para tres grandes gestos: el primero es la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado por el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad al-Tayyeb, en Abu Dhabi, el 4 de febrero. El documento, que constituye un importante hito en las relaciones entre el cristianismo y el islam, alienta el fortalecimiento del diálogo interreligioso y promueve el respeto mutuo, condenando el terrorismo y la violencia.
El segundo gesto importante es la organización de un retiro espiritual en el Vaticano para líderes civiles y eclesiásticos de Sudán del Sur. La reunión tuvo lugar en abril y terminó con un acto sorprendente: Francisco se arrodilló y besó los pies del Presidente de la República de Sudán del Sur, Salva Kiir, y de los vicepresidentes designados presentes, entre ellos su oponente Riek Machar. Lo hace para "implorar que el fuego de la guerra se apague de una vez por todas" en este joven país africano.
El tercer gesto, finalmente, va en la dirección de la unidad de los cristianos: el 29 de junio, Francisco entregó a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla fragmentos de las reliquias de San Pedro. Como escribió el propio Pontífice en una Carta al Patriarca Bartolomé, este regalo "pretende ser una confirmación del camino que nuestras Iglesias han emprendido para acercarse".
En 2020, el año de la pandemia de Covid-19, el Papa Francisco se mantuvo cerca de los fieles con el poder constante de la oración. La "Statio Orbis" presidida el 27 de marzo por el Papa, en solitario, ante una Plaza de San Pedro desierta y empapada por la lluvia, permanece impresa en la memoria del mundo. La tecnología también ha permitido acortar las distancias necesarias para contener los contagios: durante un tiempo, las audiencias generales y el rezo del Ángelus se retransmitían en directo por audio-vídeo, al igual que las misas matutinas en la Casa de Santa Marta.
En febrero se publicó la quinta exhortación apostólica del Papa Francisco. Querida Amazonia, que recoge los frutos del sínodo especial para la Amazonia, que se celebró en el Vaticano en 2019, y en octubre, la tercera encíclica, Fratelli tutti, que, haciendo más explícitos los rasgos más destacados de este pontificado, llama a la fraternidad y a la amistad social y reafirma el no a la guerra para construir un mundo mejor, con el compromiso de todos.
El año 2020, el primero sin viajes internacionales de un Papa desde 1978, había terminado con el anuncio del viaje apostólico a Irak, que finalmente terminó el pasado lunes. A pesar de los rumores de cancelación, este histórico viaje, el primero de un Papa a la tierra de Abraham, se realizó finalmente en buenas condiciones.
Tras un paréntesis de 15 meses debido a la pandemia, Francisco ha vuelto a llevar la luz y la belleza del Evangelio al mundo, dirigiendo de nuevo su mirada a las periferias, donde se necesita urgentemente "fraternidad y esperanza".
Su primer viaje como Papa, el 8 de julio de 2013, fue a Lampedusa: desde esta isla, destino de desembarcos desesperados, el Papa dirigirá los focos del mundo hacia el drama de las migraciones, tema principal de su pontificado. El Papa repite a menudo que los inmigrantes son ante todo personas, no sólo números o cuestiones sociales, y lo hace no sólo con palabras sino también con hechos. Basta pensar en la decisión tomada en abril de 2016, tras regresar de una visita al campo de refugiados de Lesbos: en el vuelo papal, Francisco acogió a 12 refugiados sirios y los acompañó a Roma, para que pudieran ser asistidos.
Como parte de las reformas, en agosto de 2019, con un quirógrafo, el Papa renueva el estatuto del IOR, introduciendo la figura del auditor externo para verificar las cuentas. A esta decisión le siguen, a finales de 2020, el nuevo estatuto de la Autoridad de Información Financiera, que pasará a llamarse Autoridad de Supervisión e Información Financiera (Asif), y el Motu proprio Sobre determinadas competencias en materia económico-financiera, por el que se transfiere a la Apsa la gestión de los fondos y bienes de la Secretaría de Estado, incluido el Óbolo de San Pedro, al tiempo que se refuerza la función supervisora de la Secretaría de Economía.