Misioneros de los Santos Apóstoles – DELEGACIÓN DEL PERÚ

INTRODUCCIÓN

En primer lugar, saludo a todos los hermanos MSA en nombre de la Delegación de Perú-Brasil. Hemos venido a presentarles una Delegación, que tiene expectativas y desafíos relacionados con nuestro tiempo, marcada por un vertiginoso desarrollo de las ciencias técnicas y tecnológicas. Esto se vuelve más atractivo para la humanidad, hasta el punto de desviar la atención de muchos católicos de la presencia de Cristo, incluso de pastores que no escapan de esta dolorosa situación.

Este es el panorama en el que nos toca a nosotros como Misioneros de los Santos Apóstoles evangelizar, a la Iglesia en América Latina, y de manera concreta en el Perú, que sufrimos una disminución de las vocaciones religiosas y sacerdotales a las que no somos ajenos y cuyas causas son múltiples entre otras: el desarrollo económico, la metodología anticuada de la evangelización, la falta de diálogo por parte de la Iglesia, etc.

Como Delegación, en Perú-Brasil, estamos viviendo un cambio generacional en el que los jóvenes sacerdotes asumen el liderazgo y la animación de las obras, con la ayuda y orientación de nuestros hermanos mayores; trabajamos para fortalecer la vida fraterna y el apostolado en equipo, para transformar las comunidades locales en comunidades formativas que, con el testimonio de la vida consagrada, sean promotoras de vocaciones sacerdotales.

En la actualidad, estamos en un período de reorganización de la Delegación, tanto a nivel administrativo como financiero, buscando estrategias y medios para que nuestras obras apostólicas sean autosuficientes, y sobre todo para aumentar la utilidad de nuestras obras rentables, para que en el futuro nuestra Delegación tenga estabilidad económica y de esta manera pueda financiar nuestros apostolados, la formación, la promoción vocacional y dar una calidad de vida a nuestros miembros. Que el Espíritu Santo siga iluminándonos. Para que podamos interpretar y discernir los signos de los tiempos y actualizar nuestra misión y carisma.

Finalmente, creo que es apropiado compartir con ustedes que la Delegación de Perú-Brasil, bajo la influencia del Espíritu, en junio de 2017, firmó un convenio en el que se nos confía la administración de dos parroquias en la provincia de Huánuco y en la provincia de San Martín; estamos dando así un paso importante en nuestra historia de 57 años en la ciudad de Lima. Hemos aceptado esta invitación de la Diócesis de Huánuco y nos ponemos al servicio de la Iglesia con nuestro carisma y misión.

Que el Padre Menard, apóstol de las vocaciones, que inició la obra de los Misioneros de los Santos Apóstoles en el Perú, interceda por nosotros.

P. Neyer Mallqui Villanueva, MSA

Animador de la Delegación Peruana

1.PRESENTACIÓN:

2.ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN:

3.PERSPECTIVAS DE FUTURO:

CONCLUSIÓN

  • La Delegación de Perú-Brasil está todavía en un proceso de consolidación y fortalecimiento de sus estructuras fundamentales, proceso que se logrará si y sólo si vivimos fielmente el carisma, la espiritualidad y la misión que el Padre Menard nos ha dejado.

  • Proyectándonos hacia el futuro como Provincia, implica que somos autosuficientes: económicamente, como miembros y como obras. Una realidad que inculcamos en todos los miembros para que podamos tener estabilidad y visión en nuestros objetivos, lo que nos permite transmitir seguridad y bienestar a nuestros hermanos y hermanas.

  • El desarrollo tecnológico y el crecimiento económico en América Latina nos comprometen a una actualización y renovación permanente de nuestro carisma y misión en la Iglesia, para que la llamada de Dios siga siendo atractiva para los jóvenes y adultos.

  • En la Delegación estamos cada vez más convencidos de la importancia de la vida fraterna y del trabajo en equipo, porque es la única manera de tener éxito en el apostolado de nuestras obras y el mejor testimonio para seguir promoviendo las vocaciones.

  • En sintonía con el espíritu del Padre Menard, y considerando que no somos un gran número de sacerdotes y menos indispensables en el apostolado, promovemos con gran apertura el trabajo con los laicos, a quienes damos un lugar importante en la familia MSA y para ello nos dedicamos a formarles, acompañarles y hacerles partícipes de nuestra espiritualidad, carisma y misión.

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