Para subrayar el significado de la visita del Papa Francisco a Asís, Mons. Paolo Martinelli, obispo auxiliar de Milán y miembro de la familia franciscana, volvió a hablar del significado del lugar donde San Francisco dio a luz una experiencia de vida espiritual, cuyo corazón fundamental era precisamente el reconocimiento de ser hermanos unos de otros.
El padre jesuita Luigi Territo, por su parte, explica el valor de una Iglesia activamente "saliente", como le gusta repetir al Papa: "Parece que le está diciendo al mundo que hay una prioridad mística y espiritual de la experiencia de la fe sobre todas las formas institucionales de nuestras creencias. Asís representa todo esto, y no sólo para los cristianos, donde existe la memoria histórica de un Santo que vivió como los pequeños del Evangelio, totalmente confiado al Padre y por ello reconocido como hermano de todos".
Un Magisterio imbuido de fraternidad
Mirando las encíclicas del Papa Francisco, uno puede encontrar fácilmente las semillas que de alguna manera fueron sembradas para preparar el terreno para esta encíclica Fratelli tutti. "Uno piensa en el texto de Evangelii gaudium donde se trata en ciertos pasajes de una mística de convivencia, de mezclarse, de reunirse, de abrazarse, de inclinarse y de llevar una relación de fraternidad a todas las personas", nos recuerda el obispo Martinelli. Veo un profundo vínculo, al menos si consideramos el título, con este texto fundamental y programático de su pontificado". El Prelado enfatiza la idea de estar unidos unos a otros para el misterioso reconocimiento de la presencia de Dios en cada uno de nosotros. Un misticismo que sabe cómo percibir a Dios en las relaciones fraternales.
Pero en esta nueva encíclica está también Christus Vivit, la exhortación apostólica dirigida a los jóvenes después del sínodo que les ha sido dedicado, la apreciación del estilo de apertura a todos, de atención al ser humano concreto de cada uno, de sinceridad, de coraje, de confianza mutua: los fundamentos de un poderoso sentido de fraternidad. "Aquí, la cita de Francisco de Asís es apropiada", observa Mons. Martinelli, cuando escribió su testamento, escribió: "El Señor me ha dado hermanos".
El Padre Territo comparte la referencia a Evangelii gaudium donde el Papa habla de una Iglesia que sabe dar el primer paso, que sabe tomar la iniciativa sin miedo, que va en busca de lo lejano, que está en la encrucijada. "No es tanto la cuestión de la fraternidad recíproca", dice el jesuita, "como el concepto de una Iglesia que no espera, que se lanza hacia sus hermanos, que marca un camino. En este sentido, la Iglesia para el Papa es precisamente la levadura de la fraternidad. Lo veo también en Amoris Laetitia, o en Laudato Si': existe la idea de acompañar a toda la humanidad, del amor conyugal, de las parejas heridas, de acompañar a los excluidos, de preocuparse por las heridas de la tierra. En resumen, la idea de una Iglesia que cuida de toda la humanidad".
¿Qué es la fraternidad?
¿Es un sentimiento, un valor, una disposición de espíritu, un mandamiento, una forma de vida, un regalo? "Desde el punto de vista cristiano, la fraternidad es ante todo una responsabilidad", explica de nuevo el Padre Territo, en el sentido fuerte del término. Es una respuesta decisiva y consciente a una forma de vida que Jesús nos ha mostrado. Un rostro de Dios que Jesús mostró, fraternal, acogedor, abierto, sin juzgar, y también, si se quiere, una respuesta a la llamada original del Génesis: "¿Qué has hecho con tu hermano? No es una coincidencia que el documento de Abu Dhabi también comience con "En el nombre de Dios". No en nombre de la coexistencia social, la paz, la solidaridad. Pero en el nombre de Dios. En el sentido cristiano de la palabra, es por lo tanto una respuesta a una llamada a la fraternidad".
El obispo Martinelli retoma una de las intuiciones fundamentales de Laudato Si' en la que repite que todo está ligado: "Desde el punto de vista vital de la estructura de lo que existe, todo nos llama a agarrarnos en relación. La experiencia de San Francisco de Asís, que vivió una profunda familiaridad con todo y todos, es emblemática. Incluso con la muerte de su hermana. En el sentido cristiano del término, reconocemos que lo que Cristo viene a revelarnos es el misterio del Padre, que nos lleva uno a uno, original, único e irreemplazable. Esto nos permite empezar de nuevo siempre, en todas las relaciones".
La fraternidad y el pseudo-comunitarismo
El camino de la hermandad universal no está exento de dificultades y riesgos, ya que el enemigo está siempre al acecho. Hay formas de incomprensión de la fraternidad que son formas equivocadas de pensar en el comunitarismo, formas de pseudo-fraternidad que seleccionan y distinguen a la humanidad en diferentes clases, que rechazan, que excluyen en nombre de una fraternidad nacional, étnica, religiosa", subraya el obispo auxiliar de Milán. Según él, si la fraternidad excluye, significa que ya existe el germen de la enfermedad. "Es necesario, pues, educarse para reconocer el bien del otro como una riqueza inagotable", superando los prejuicios y los miedos.
Los líderes religiosos y la espera de la encíclica